Ochenta millones, esa es la cantidad de personas que todos los años se suman a la población del mundo. Para alimentarlas, las empresas investigan como impulsar una nueva revolución verde.
Estados Unidos es uno de los países donde se vive con mayor intensidad la crisis mundial, pero también es un actor destacado en la producción de commodities. En el interior del país, alejados de la recesión y de los centros financieros, prospera innumerable cantidad de pequeños productores que disfrutan el boom del sector.
En este contexto, Syngenta, una de las compañías más importantes del mundo de agronegocios, instaló en la localidad de Stanton, Minnesota, un centro para llevar a cabo sus investigaciones sobre genética, biotecnología y agroquímicos, y considera que son los siete cultivos esenciales del mundo que viene: el maíz, la soja, los vegetales (tomates, pepinos y otros), los cereales (con el trigo encabezando el rubro), la caña de azúcar, el girasol y el arroz.
La necesidad de volcar la mirada hacia una serie de cultivos específicos tiene que ver con el foco que la economía global ha puesto en la demanda de commodities y alimentos. Cada año, se incorporan al mundo 80 millones de nuevas bocas para alimentar. En los últimos años, China e India (los dos países con mayor población) han cambiado dramáticamente su dieta alimenticia incorporando proteínas. Además, las tierras disponibles para la producción de alimentos se están reduciendo, y la agricultura utiliza hoy el 70% del agua dulce del mundo.
Todos estos datos, más la volatilidad que expresan los mercados desde 2008, conducen a buscar una mayor eficiencia en la producción agropecuaria, basada en un mayor rendimiento por hectárea. Por ejemplo, mientras que el promedio de producción para la soja en Argentina es de 2,7 toneladas por hectárea y en Estados Unidos alcanza las 2,9 toneladas, en el centro de Stanton se mostraron ejemplos donde la combinación de agroquímicos, genética y biotecnología permite lograr valores de casi 5 toneladas por hectárea en algunas regiones del sur de Brasil.
En el caso de aceites, negocio cuya clave es el girasol, se estima un crecimiento general de la demanda de un 4% por año hasta 2025. Aquí los grandes protagonistas son Rusia y Argentina. Nuestro país es el tercer mercado productor y el segundo exportador. Esto se logró aumentando las ventas 18 veces en los últimos 10 años.
La producción de vegetales está en plena expansión, y el kilo de semillas de tomate casi triplica el valor de un kilo de oro. Su mercado está dominado por tres grandes productores: China, India y Estados Unidos. Según los especialistas de Syngenta, éste es un mercado con oportunidades, porque requiere una gran sofisticación dentro de los mercados emergentes y permite el desarrollo de pequeños productores con escala limitada de producción.
La caña de azúcar se ha vuelto un cultivo muy demandado a partir de la incorporación del etanol a la mayoría de los combustibles. Además, la ingesta humana de azúcar ha aumentado un 44% en los últimos 20 años. Se estima que en 2010 se consumieron 160 millones de toneladas de caña de azúcar, que consagraron a Brasil como principal productor.
Para el caso del maíz, los últimos 20 años han representado un cambio dramático en el sector: mientras que el área sembrada aumentó 35% en todo el mundo, el consumo aumentó un 77%. Aquí los protagonistas de la expansión son Estados Unidos, Brasil, Europa y China.
Para el sector de la soja, los tres grandes protagonistas son: Estados Unidos, con 31 millones de hectáreas de producción; Brasil, con 24 millones; y Argentina, con 19 millones.
En los cereales hay marcadas diferencias regionales, ya que se puede sembrar hasta en 124 países, hecho que no sucede con ninguno de los otros cultivos. Asimismo, la utilización de los cereales en diferentes industrias, como la de alimento para animales, las bebidas alcohólicas y la producción de pan y pizza, hace que estos cultivos tengan una producción a medida.
El arroz es un cultivo de escasa tradición en Argentina, pero en el mundo resulta estratégico. Mientras que en Asia se consumen 80 kilos por habitante por año, en Estados Unidos se alcanza la cifra de 10 kg. China, India, Tailandia, Vietnam e Indonesia producen el 90% del arroz que se consume en el mundo
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