En Argentina, conjuntamente Científicos de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres sumados a otros de la Universidad Nacional de Tucumán, diseñaron un nuevo bioproducto que estimula el sistema inmune de los cultivos y las protege de los organismos nocivos.
Gaspar Grieco (Agencia CTyS)- Para estar siempre prevenidos, los médicos recetan todo tipo de vacunas que actúan fortaleciendo el sistema inmune. El desarrollo de los científicos de la UNT produce el mismo efecto en las plantas que, como demuestran sus experimentos, las hace más resistentes a la virulencia de sus diminutos atacantes.
“Este es un producto no sintético, de origen natural, que está presente en los agroecosistemas y que no es antimicrobiano, por lo tanto, no atenta contra la salud humana y la salud ambiental”, explica a la Agencia CTyS el doctor en Agronomía Atilio Pedro Castagnaro, responsable del proyecto e investigador principal del CONICET.
La innovación, desarrollada en conjunto con el Dr. Juan Carlos Díaz Ricci del Instituto Superior de Investigaciones Biológicas (INSIBIO-CONICET), se aplica por aspersión en el follaje de los cultivos y ya fue probada en plantaciones de frutillas con resultados alentadores.
“El principio activo de este nuevo bioproducto es una proteína aislada del hongo fitopatógeno, la cual hace que la planta active su sistema inmune antes de estar en presencia de los organismos que les causan daño. De esta forma, cuando el patógeno las ataca, éstas tienen las defensas altas, reduciendo el daño del organismo agresor”, explica el especialista.
Según Castagnaro, el bioproducto no actúa como los agroquímicos convencionales o de síntesis, es decir, no mata a los organismos nocivos. “El uso de agroquímicos causa que, en el transcurso del tiempo, los microorganismos nocivos se vuelvan más resistentes a su toxicidad, porque el uso excesivo de agroquímicos ejerce una presión de selección favoreciendo la proliferación de los genotipos del patógeno que son resistentes al mismo”, aclara.
En este sentido, es importante aclarar que el uso de este bioproducto no aumenta la virulencia del patógeno porque refuerza el sistema inmunológico de las plantas.
“Cuando la planta entra en contacto con un patógeno se inicia un proceso de transducción de señales que conduce a la activación de una serie de genes que impiden el avance del patógeno en la planta. Lo que hace el bioproducto es actuar en alguno de los niveles de esa cadena de transducción de señales antes de la entrada del patógeno”, puntualiza el investigador.
Luego de ser probado en los cultivos de frutilla, los científicos creen que también será beneficioso para las hortalizas como el tomate, por el hecho de ser vegetales que se consumen frescos, directamente de la planta y no pasan por ningún proceso de postcosecha agroindustrial complejo.
“Con este bioproducto se puede reducir muchísimo el uso de agroquímicos sobre todo en la época de cosecha, donde el uso de productos tóxicos se hace más peligroso para la salud humana”, concluye el investigador.
Junto con la empresa Laboratorios Biagro SA, que se encargará de sacarlo al mercado, los científicos apostarán a la producción a gran escala y proseguirán sus estudios para lograr su aplicabilidad en otros cultivos extensivos como la soja, el maíz y la caña de azúcar.
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