
El maíz bajó 2% a u$s 235,33 y el trigo perdió 1,1% a u$s 217,34. El dólar cerró sin cambios.
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Ver más: Introducción Physis Gestión Agro
Acostumbrado a participar de decenas de seminarios por todo el mundo, a Mario Blejer, ex presidente del Banco Central con Eduardo Duhalde y hoy un hombre admirado por el kirchnerismo, siempre le llamó la atención que en los foros sobre seguridad alimentaria a nivel global la Argentina no fuera invitada a tener una participación activa y determinante.
“Me llamaba la atención y yo tenía la idea de que había que hacer algo”, expresó ayer a LA NACION, tras presentar una nueva iniciativa que ya cuenta con el respaldo de cuatro empresas agroalimentarias, tres de capitales 100% nacionales.
Se trata de Foro PAIS, y esta última palabra sintetiza una denominación: Productores Agro Industriales de Soja. En rigor, con la Argentina convertida en líder mundial como exportador de harina y aceite de este producto, además de un jugador clave en el negocio del poroto, el ex presidente del Central pensó que había que posicionar a la Argentina desde esta agroindustria como “garante de la seguridad alimentaria a nivel local y global”.
Todo el complejo oleaginoso encabeza el ranking de exportaciones y vende más que la industria automotriz, que la secunda: son unos US$ 20.000 millones, contra 10.000 millones.
Por eso, se focalizó en este foro y ya sumó en la propuesta a cuatro empresas que la respaldan: las nacionales Aceitera General Deheza (AGD), Vicentin y Molinos, más Oleaginosa Moreno, hoy propiedad de la internacional Glencore. “No es una cámara sectorial ni quiere convertirse en un grupo de lobby”, aclaró Blejer, que insistió en que la iniciativa va en línea con posicionar a la Argentina como garante de la seguridad alimentaria.
Oportunidades
Blejer se mostró preocupado por el crecimiento de la población que sufre hambrunas. La población en esa condición no paró de crecer desde 2000 y ya ronda los 1100 millones de personas.
“Hay un problema grave de seguridad alimentaria”, subrayó el economista.
Pero desde Foro PAIS también vislumbran un horizonte de oportunidades para el país: la demanda va a crecer 20% en la próxima década y la clase media global, que ronda los 2000 millones de personas, va a saltar a 3200 millones para 2020 y a 5000 millones para 2030.
En esa línea, en esta entidad creen que el complejo argentino sojero puede cumplir un rol central como proveedor de las proteínas que va a representar el crecimiento de la demanda. Pero además de una oportunidad por el lado de los alimentos en esta entidad también prevén una oportunidad por el lado de la energía, sobre todo de una fuente renovable como los biocombustibles. En este punto, con la soja ya se hace biodiésel para cortar el gasoil.
“La demanda de combustibles fósiles va a crecer un 2 por ciento anual, pero la tasa más importante se va a dar con las energías renovables, con una tasa del 3 al 3,5 por ciento”, señaló Carlos Magariños, vicepresidente de este foro y ex secretario de Industria y Minería.
En diálogo con LA NACION, Blejer calificó de “un adelanto importante” el Plan Estratégico Agroalimentario (PEA) del Gobierno y dijo que apuntaba a tener “sinergias” con ese programa, además de entablar contactos con otras entidades.
Entre otras acciones, la entidad apunta a generar debates, seminarios, indicadores sobre la seguridad alimentaria y becas de investigación.
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Por último, después de una segunda cena para importadores, que se llevará a cabo el 21 en Beijing, entre el 22 y el 26 de noviembre se realizará la “semana de la carne argentina” en el restaurante “El Obelisco” de esa ciudad, una de las más populosas y de mejor poder adquisitivo.
Sustentabilidad y escasez fueron algunas de las palabras que más se escucharon ayer durante el Segundo Foro para el Futuro de la Agricultura, organizado por Syngenta, donde se analizó cómo será la producción de alimentos en las próximas décadas, con una población en constante crecimiento, menos recursos naturales y un medio ambiente que preservar.
¿Es posible duplicar la producción agrícola argentina en los próximos 40 años?, fue uno de los temas abordados. Hay dos factores, que cada hectárea rinda más y la expansión de la frontera agrícola. Tenemos tierra subutilizada, bosques muy degradados con bajo valor económico, ecológico y social. Es muy factible duplicar la producción, opinó Ernesto Viglizzo, investigador de INTA.
Vemos un aumento constante en la productividad. La agricultura en la Argentina tiene una alta velocidad para adoptar innovaciones. Un tema a futuro es la competencia entre alimentos y combustibles, señaló Diego Sodor, de El Tejar. En tanto, Agustín Garay, gerente de Producción Agrícola en Molinos Río de la Plata, destacó la oportunidad de negocios para los productos certificados.
A su turno, Lawrence Pratt, director del centro Latinoamericano para la Competitividad y el Desarrollo Sostenible de INCAE Business School, enumeró las megatendencias para 2050: Vamos a ser 9.000 millones de habitantes, vamos a vivir más en las ciudades, vamos a ser más viejos y más ricos. El componente de carne en la alimentación va a subir 470 millones de toneladas adicionales para 2050.
Vamos a tener que producir mucho más de todo, apuntó el especialista. Con respecto a la producción aseguró que los países más ricos se están acercando a un crecimiento cercano a cero y que todo el crecimiento vendrá de países en vías de desarrollo. Otras tendencias: más mujeres trabajando en agricultura, escasez de agua y petróleo, el consumo de China (un cuarto de las semillas de soja del mundo se consumen en ese país) y las iniciativas sustentables en las grandes compañías y las cadenas de retail.
El secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Lorenzo Basso, cerró el foro: Latinoamérica indiscutiblemente es el continente donde están las reservas mas importante de tierra y de agua para afrontar los desafíos de incremento de la producción de alimentos. Reafirmo que el rol de Latinoamérica hacia el 2050 va a ser fundamental. Es imprescindible la alianza de Brasil y la Argentina y vamos en buen camino, indicó. Tenemos que considerar las exigencias de tipo ambiental. Son un hecho concreto, que hoy nos acosa permanentemente en un montón de negociaciones de ventas de alimentos argentinos, agregó el funcionario.
Antonio Aracre, presidente de Syngenta, destacó los conflictos de intereses: Por un lado, la necesidad de producir más. Y por otro lado, que ese camino sea planificado y sustentable. Que la variable de ajuste no sea ni el volumen ni el precio, dijo. En la Argentina, el principal riesgo sigue siendo la priorización por la maximización de la rentabilidad en el corto plazo; producir soja, soja, soja; y olvidarnos de las rotaciones de los suelos, agregó el directivo.
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Los precios de la soja y otros granos producidos por la Argentina se mantendrán en los rentables valores actuales, en particular traccionados por el aumento de las cotizaciones del maíz, señala un trabajo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta).
La demanda de este cereal seguirá sostenida el año próximo y con ello su valor, lo cual fortalecerá al resto de los granos “por carácter sustitutivo”, indicó el Informe de Coyuntura del Mercado de Granos.Más allá de las vicisitudes externas, el trabajo elaborado por el Area de Estudios Económicos y Sociales de la estación experimental Pergamino del INTA sostiene que “los mercados de granos tienen en el balance de maíz una razón cada vez más fuerte para la formación de precios”.
Las razones, explica el organismo, siguen vigentes: los estadounidenses aseguran el corte obligatorio de sus naftas con el etanol del maíz; mientras los chinos, con altas tasas de crecimiento económico, demandan en forma creciente maíz para sus cerdos y aves.
“Por ello, van tres largos años de aumento del consumo que no alcanza a ser compensado por la producción” lo cual generó “una caída de las existencias a niveles críticos”, señala el informe.
Este escenario, sostiene luego, “sólo podrá revertirse si los norteamericanos aumentan la siembra de maíz 2012/2013 en 4 millones de hectáreas o logran 40 millones de toneladas adicionales del cereal”.
Esa cifra supera a las 27,5 millones calculadas en octubre, y podría ser aún superior, según las estimaciones más optimistas de la asociación Maizar, que anticipa una recolección de entre 30 y 31 millones de toneladas.
La onda de los próximos años, concluye, probablemente “privilegie lo que no todos los países pueden producir fácilmente: los insumos básicos y los agroalimentos”.
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José Graziano da Silva, representante regional de FAO para esta región y el Caribe, aseguró que no se puede hablar de seguridad alimentaria sin hablar de agricultura familiar porque son dos temas que están íntimamente ligados.
“En América Latina no se puede hablar de seguridad alimentaria sin hablar de agricultura familiar. Son dos temas que están íntimamente ligados», señaló José Graziano da Silva, el representante Regional de FAO para América Latina y el Caribe.
Graziano da Silva afirmó que la agricultura familiar permite diversificar la base alimentaria de la población de América Latina y el Caribe, recuperar y valorizar el consumo de productos tradicionales, como la yuca, el frijol y la papa, e impulsar las economías rurales.
Un estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) del 2007 mostró que la agricultura familiar en Brasil producía el 67 % del frijol, el 84 % de la yuca, el 49 % del maíz y el 52 % de la leche consumidas en el país.
En Colombia, cubría más del 30 % de la producción de cultivos anuales, con una participación muy alta en maíz y frijol.
Mientras que en Ecuador, este sector era responsable por el 64 por ciento de la producción de papas, el 85 % de la producción de cebollas, y el 70 % del maíz.
Sin embargo, como señala la principal publicación de la FAO, el Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional 2011, este sector de la agricultura aún requiere de políticas que aumenten su productividad y mejoren sus condiciones de inserción en los mercados de productos, insumos y financiamiento.
Experiencias positivas en varios países reafirman su importancia. Entre los países que poseen políticas y programas dirigidos a la agricultura familiar se encuentran Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, El Salvador, Paraguay, Uruguay y Bolivia.
Además, dos países cuentan con subsecretarías creadas específicamente para apoyar a este tipo de agricultura: Argentina y Brasil.
Una de las experiencias más conocidas a nivel regional es la de Brasil, que apoya el desarrollo de la agricultura familiar mediante una red de programas, entre ellos el de alimentación escolar.
Está basado en una ley que exige que al menos el 30 % de los recursos destinados a alimentar a los alumnos de colegios públicos se utilicen para comprar productos de la agricultura familiar.
La secretaria de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar de Argentina, Carla Campos, «la agricultura de pequeña escala es estratégica en la recuperación económica de nuestra nación debido a su presencia territorial, al abarcar todo el país, y a su diversidad en la capacidad productiva».
«Es una agricultura que reduce mucho la vulnerabilidad frente a los mercados y a las crisis internacionales».
Campos señaló que la agricultura de pequeña escala representa el 75 % de la mano de obra rural, a pesar de que ocupa el 17 % del área sembrada.
“Dependiendo de la región del país, representa desde un 16 % hasta un 85 % del valor bruto de la producción agrícola de cada provincia. Es decir, hay provincias en las cuales casi el 90 % del valor bruto de su producción depende de la agricultura de pequeña escala», explicó Campos.
Otro caso destacado es el Programa de Agricultura Familiar de El Salvador, dirigido tanto al productor de subsistencia como a aquel que ya tiene una conexión con el mercado. Al primero lo ayuda con intervenciones paralelas a nivel de hogar y de huerto, y al segundo lo apoya para que fortalezca su competitividad y sus conexiones con el mercado.
Gracias a estas políticas e instituciones se están atacando problemas estructurales que enfrenta el sector, tales como el acceso a los mercados, crédito, seguros y a la asistencia técnica.
Estas experiencias fueron analizadas durante el I Taller de Expertos sobre Agricultura Familiar, organizado por la FAO a través de la Iniciativa América Latina y Caribe sin Hambre, que tuvo lugar entre el 3 y 4 de noviembre en Santiago de Chile.
El evento reunió a ejecutores de políticas de cinco países de América Latina -Argentina, Bolivia, Brasil, El Salvador y Paraguay- con representantes de organizaciones de productores familiares, académicos y técnicos.
En la cita se presentaron el marco estratégico de cooperación de la FAO en agricultura familiar para el periodo 2012-2025, las estrategias de los movimientos sociales para fortalecer a este sector y las políticas desarrolladas por diversos países de la región.
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“El saldo de vigente total de prestamos, tanto en pesos como en dólares para el segundo trimestre de 2011 alcanzo los 267 mil millones de pesos, un 45% más que en el mismo período de 2010.
De ese total casi un 32% corresponde a personas físicas en relación de dependencia laboral, poco más de un 10% al sector público, y más de un 55% a las actividades productivas. El crecimiento de este sector fue el que le dio un impulso total a los créditos, ya que en los períodos antes mencionados, su crecimiento fue cerca del 51%.
Los principales motivos que explican el crecimiento en el alza total de precios, desde el año 2006 son el alza en nivel general de la actividad productiva, así como el crecimiento de los créditos, pero fundamentalmente la recuperación de la confianza del sistema financiero local.
Desde el primer trimestre de ese año (2006) hasta el segundo trimestre de 2011 el crecimiento total en los créditos ha sido del 258%, en orden de importancia los rubros que más crecieron fueron: el de los prestamos a personas físicas en relación de dependencia laboral, que ha crecido un 368%. Seguido de los préstamos a la actividad productiva con un alza del 289%, y por ultimo los servicios al sector publico con un alza con un crecimiento cercano al 77%.
Aquellos sectores productivos en los que se registran las alzas más importantes en el stock total de créditos son: en primer lugar el de la distribución de agua, que creció un 134% alcanzando un stock total de créditos de 54 millones de pesos. Los préstamos totales en el rubro de explotación pesquera han crecido más de un 110%, al pasar de 227 millones de pesos a 450.
El tercer rubro de mayor crecimiento lo compone el de fabricación de maquinarias, equipos e instrumentos, que incluye entre otros la producción de televisores, electrodomésticos y demás. Mientras que durante el segundo trimestre de 2010 el stock total de créditos ascendía a 2.382 millones de pesos, en el segundo trimestre de este año, el mismo ascendió a más de 4.500 millones de pesos, es decir un alza cercana al 90%.
En el futuro cercano se espera que los niveles de crédito sigan creciendo pero con tazas menores como consecuencia de una desaceleración del nivel de actividad interno. Con respecto a las tazas de interés se espera una suba luego de varios años de tasas de interés negativas y de una fuerte presencia de fuga de capitales en la actualidad”.
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Brasil reemplazará a Estados Unidos como el mayor exportador mundial se soja el próximo año, según mostraron ayer datos del Gobierno estadounidense, al reflejar un cambio en el comercio global impulsado ampliamente por China.
Varios analistas dijeron, no obstante, que la batalla entre ambos países, que en conjunto controlan el 76% de las exportaciones globales, está lejos de terminar pese a un aumento en la producción de Brasil.
En tanto, el estancamiento del sector en Estados Unidos por restricciones en las tierras, el mercado cambiario, el clima y las tasas de transporte jugarán un papel clave.
China, el mayor importador mundial de la oleaginosa, también estará atenta al desenlace de la disputa entre ambos países, debido a que cualquier cambio en su tendencia de compra sobre la base de los precios, la calidad y la conveniencia política podría alterar el flujo comercial.
Hace varios años, China dejó de comprar varios cargamentos de soja de Brasil debido a que los importadores reclamaron que eran de mala calidad.
En tanto, operadores estadounidenses refirieron que para los compradores esa era una manera de renegociar los precios, que habían caído desde que se hicieron las compras.
China, que comenzó a importar cantidades significativas de maíz de Estados Unidos, adquiere un 60% del volumen total de soja que se comercializa a nivel global.
«Dudo que Estados Unidos tenga el potencial de mantenerse al ritmo del crecimiento de Brasil. Brasil tiene 70 millones de hectáreas de nuevas áreas con un alto potencial para sembrar soja», dijo Arlindo de Azevedo Moura, presidente ejecutivo de SLC Agricola, uno de los mayores productores de granos del país.
«No veo ninguna razón por la que Brasil no se siga expandiendo, con la demanda en China. Brasil, sin duda, superará a Estados Unidos y crecerá como el mayor exportador mundial de soja. Y las compañías bien posicionadas en este mercado también crecerán», aseguró.
El potencial de crecimiento de la producción de soja de Brasil hace dudar a pocos de que, a la larga, la potencia agrícola sudamericana derrocará al mayor exportador de soja del mundo.
USDA
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) elevó ayer su pronóstico para la exportación de soja de Brasil en el actual año comercial 2011/12 a 38 millones de toneladas y rebajó su perspectiva de exportaciones estadounidenses a 36 millones de toneladas.
Si las cifras son correctas, sería la primera vez en seis años y la segunda vez en la historia que las exportaciones de soja brasileña superan a las estadounidenses, mostraron los datos del USDA.
Gobierno
Por otra parte, según la primera proyección para el próximo año divulgada ayer por el Gobierno de Brasil el país recogerá en 2012 una cosecha de granos de 157,5 millones de toneladas, inferior en un 1,4% al récord previsto para 2011, de 157,9 millones de toneladas.
La proyección para la cosecha de cereales, leguminosas y oleaginosas de Brasil, uno de los mayores graneros mundiales e importante exportador de alimentos, fue realizada con base en visitas hechas al campo en octubre pasado por los técnicos del estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE).
Según los cálculos, pese a que el área cosechada crecerá un 1,7% frente a la de este año y alcanzará los 49,5 millones de hectáreas, la producción agrícola será menor por una caída de la productividad en las regiones norte, nordeste y sur del país.
Esa reducción de la productividad afectará principalmente a la soja, el producto más cultivado en Brasil, que abarca cerca de la mitad de la cosecha nacional. La producción de la oleaginosa en 2012 puede ser de 72,7 millones de toneladas, un 2,9% menor que la prevista para este año. Según el IBGE, el área cosechada de soja se expandirá un 0,6%, hasta 24,2 millones de hectáreas, pero la productividad caerá un 3,5%, hasta 3.003 kilos del grano por hectárea. Además de la soja, para 2012 también se prevé una menor producción de arroz (-8,8%), hasta 12,3 millones de toneladas; algodón (-0,3%), hasta 5,05 millones de toneladas, y frijol de primera zafra (-10,5%), hasta 1,7 millón de toneladas.
Para el maíz de primera zafra, en cambio, se espera un aumento de la producción del 3,7%, hasta 35,6 millones de toneladas, gracias principalmente a la expansión del 5,3% del área cultivada
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