Un hecho nuevo para prestarle atención: cae el precio del novillo en los países vecinos. En Paraguay, debido al cierre de las exportaciones, baja más de un 30 por ciento, pero con pocos compradores a la vista y ganaderos que se resisten a vender.
En Brasil, un mercado en el que hasta hace pocos meses el novillo llegó a valer más que en Estados Unidos, ahora, después de la devaluación del Real, cotiza un 33 por ciento por debajo, incrementando de este modo su competitividad en el mercado internacional.
En Uruguay, la baja es importante, porque en este país, que destina el 70 por ciento de su producción al mercado externo, los cambios en la demanda internacional se reflejan rápidamente en el precio del ganado.
En Argentina, en cambio, a contramano de lo que sucede en el resto del Mercosur, el novillo ha aumentado de valor desde principios de la crisis. No cae hasta ahora el precio internacional de la carne, porque la oferta sudamericana es muy reducida.
A la Argentina esta crisis la toma con una oferta ganadera 13 por ciento más baja que el año pasado y 34 por ciento inferior a dos años atrás, con exportaciones declinantes que no alcanzan a significar más del 10 por ciento de la demanda total, y con un consumo incentivado por el aumento de sueldos privados y públicos, de asignaciones, jubilaciones, planes sociales, subsidios, etc.
Además, la oferta de ganado, con un feedlot que se está vaciando en forma temprana, está entrando en el semestre de menor disponibilidad, siendo las principales amenazas para estos precios extraordinarios -en moneda constante y en dólares- la erosión inflacionaria sobre el valor real del ganado, la competencia del pollo (39 kilos de consumo) y, en el mediano y largo plazo, la recuperación de la producción, que de acuerdo a los datos de la última vacunación, ya habría comenzado, pero que no se expresaría en un mayor volumen de carne hasta el 2013.
Consumo. Un frigorífico consumero, que vende carne en cortes o cuartos en todo el país, realiza una encuesta a través de sus vendedores para determinar a qué precios venden los diferentes cortes los carniceros tradicionales y las carnicerías ubicadas dentro de los súper «chinos», considerando que entre estos dos sectores venden el 65-70 por ciento de la carne del segmento minorista.
Y se encontró con que el margen promedio de utilidad bruta de los carniceros se ubicaba en el orden del 40 por ciento, a raíz de un corrimiento lento, pero continuo, en los precios al mostrador que se habría dado en los últimos meses y de un estancamiento o leve crecimiento de los precios mayoristas de la media res en el mismo período.
El margen bruto de un minorista se ha calculado históricamente en un promedio del 25 por ciento, y el alto margen que daría hoy esta encuesta sería consecuencia de que con volúmenes comercializados por boca declinantes, y costos de comercialización en alza (alquileres, luz, sueldos, fletes, envases) sólo se puede sobrevivir con márgenes superiores a los históricos.
La encuesta también encontró un volumen importante de pollo subsidiado a 9,50 pesos el kilo (sin menudos) en las mismas carnicerías, cuando hasta hace poco la oferta de este tipo de pollo se daba sólo a través de las grandes cadenas de supermercados.
Los carniceros encuestados consideraron que el bajo precio del pollo -y su abundante y generalizada oferta- le ponen un límite a nuevas y eventuales subas de la carne vacuna al mostrador.
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