La situación de los trigos muestra un gradiente de Este a Oeste. En Entre Ríos y en el nordeste de Buenos Aires las variedades de ciclo largo desarrollaron bien y se encaminan a la floración en buenas condiciones, pero con una disponibilidad de humedad ajustada en el suelo.
En Santa Fe y en el oeste de Buenos Aires la situación es aún más complicada, con cultivos que detuvieron su crecimiento desde fines de agosto y que requieren agua muy pronto para no comprometer su potencial de rinde por menor formación y desarrollo de espigas.
Los trigos de Córdoba y de gran parte de La Pampa sufren severas restricciones de humedad, que determinan que los productores ya estén pensando en mermas en los resultados finales por obtener,
Julio Lieutier, asesor del CREA Seguí-La Oriental, en el norte de Buenos Aires, afirma «que hubo trigos que se sembraron con suelos con buen barbecho y suficiente humedad, y otros con el perfil medio lleno. Estos últimos entrarán a una situación crítica si no llueva próximamente, porque a partir de ahora comienza un gran consumo de humedad como consecuencia de la encañazón.
La situación climática no es la única preocupación de los productores. A diferencia del maíz y de la soja, el mercado internacional del trigo está bastante encalmado por muy buenas producciones en los países exportadores.
«Hubo una excepcional cosecha en Rusia, que le permitirá exportar 20 millones de toneladas en 2011 contra 3, 5 millones del año pasado, y eso desbalanceó el mercado, sepultó los precios y aseguró trigo barato en el mundo», afirma Sebastián Olivero, de la consultora Agro Tecei. «Las producciones de Ucrania, EE.UU. y de Canadá también resultaron normales y eso asegura suficientes stocks en EE.UU. y en el mundo, que le ponen un techo a cualquier intento alcista de precios», agrega.
En el plano interno, la aparición de algunos ROE permitió vender partidas que no tenían compradores. «El panorama sigue siendo complicado para el trigo, pero en los últimos días se observó alguna actividad de los exportadores, que no repercutió sobre los precios pero sí sobre la fluidez de los negocios», añade Olivero. Los precios que se obtienen hoy son menores a los de la época inmediatamente posterior a la cosecha.
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